
Qué hacer en Niza, Francia: caminar, subir, mirar y dejarse llevar
¿Qué hacer en Niza Francia?: Cuando uno llega a Niza, al sur de Francia, no todo se trata de glamour o de hoteles caros con vista al Mediterráneo. Niza se puede disfrutar caminando, subiendo escaleras y metiéndose en sus rincones sin pagar más que con tiempo y curiosidad. Aquí te dejo algunas experiencias que viví y recomiendo hacer si estás por esta joya de la Riviera Francesa:
1. Caminar por la Promenade des Anglais
El paseo marítimo más famoso de Niza no decepciona. Se extiende por varios kilómetros, siempre con el Mediterráneo a un lado y la ciudad al otro. Es un lugar perfecto para caminar sin rumbo, ver a los ciclistas pasar, familias en picnic o simplemente sentarte en una de las bancas azules mirando el mar. Si vas temprano o al atardecer, el juego de luces sobre el agua es inolvidable.
2. Subir a la Colina del Castillo (Colline du Château)
No hay castillo como tal, pero sí una vista de postal. Se puede subir caminando desde el final del malecón por unas escaleras bastante accesibles. Arriba, además de la panorámica increíble de toda la bahía de los Ángeles, hay un parque, una cascada artificial y varios senderos para perderse un rato. Todo gratuito. Lleva agua si es verano.
3. Perderse por el casco antiguo (Vieux Nice)
Entre callejones estrechos, fachadas de colores y tiendas de todo tipo, el viejo Niza tiene alma. Aquí encontré desde panaderías con aroma irresistible hasta plazas pequeñas donde los vecinos jugaban a las cartas. No vayas con mapa: lo mejor es simplemente caminar. Ojo con la Place Rossetti, muy viva y llena de terrazas donde tomar algo sin pretensiones.
4. Probar un pan bagnat o una socca
Más que lujo, aquí se trata de comida callejera típica. El pan bagnat es un sándwich niçois con atún, huevo, aceitunas y verduras en pan rústico. La socca es una especie de crepa salada hecha con harina de garbanzo, muy crujiente. Puedes encontrar ambos en puestos del mercado o en locales familiares del Vieux Nice.
5. Mercado de Cours Saleya
Este mercado cambia dependiendo del día: flores, frutas, antigüedades… pero siempre es fotogénico y animado. Yo fui un lunes y me topé con objetos vintage, postales viejas y joyas olvidadas. Puedes pasar un buen rato mirando sin gastar, aunque es difícil no llevarse al menos una fruta fresca o un tarro de mostaza artesanal.
6. Subir al mirador de Mont Boron
Un plan para los más caminadores. Desde el puerto de Niza se puede hacer una caminata de una hora más o menos (dependiendo del ritmo) hasta este monte cubierto de vegetación. La vista de la costa desde ahí es impresionante, y además puedes ver hacia Villefranche-sur-Mer, otra joyita que vale la pena visitar después.
7. Pasear por el Puerto de Niza
Este puerto no es gigantesco, pero tiene un aire pintoresco. Los barcos de colores, los cafés tranquilos y las calles aledañas llenas de graffitis y talleres le dan un toque más local. Me senté en un muelle a ver cómo caía la tarde, sin más.
8. Final del día: la playa de piedras
Las playas de Niza son de piedras, sí, pero eso no impide que locales y turistas se tiendan ahí con una cerveza o una baguette. Algunas son privadas, pero muchas son totalmente libres. Lleva toalla gruesa o algo acolchado. El agua es fría, cristalina y poderosa.
Consejos finales de explorador sobre qué hacer en Niza Francia:
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Todo lo anterior lo hice caminando, con buen calzado y sin horarios.
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La ciudad tiene transporte, pero la mayoría de los rincones se disfrutan más a pie.
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Lleva siempre una botella de agua reutilizable: hay fuentes públicas.
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Si tienes más días, puedes visitar Èze o Menton desde la misma estación de tren.